Vemos el apostolado como una forma privilegiada de compartir con la gente nuestra experiencia cristiana y misionera. A través del discernimiento comunitario se escogen aquellas actividades más en sintonía con nuestro carisma y con esta etapa de formación: los medios de comunicación social; la animación misionera y la promoción vocacional; la promoción humana como trabajo con marginados, iniciativas pro-derechos humanos, justicia y paz, todo ello vinculándonos con otros organismos que ya están trabajando en el territorio (ONGs, parroquias, organizaciones de voluntariado), etc. (cfr. RV n° 68; DC 03 n° 100.4).
Asumimos las prioridades pastorales de las Provincias y Delegaciones del continente americano: AM/PV, afro, indígenas, JPIC. (DC09 n°62,2)
Entendemos los apostolados como procesos (acompañamiento, gradualidad, planeación) que nos preparan para:
- Asumir compromisos claros y opciones combonianas;
- Evitar la dispersión de los apostolados;
- Implementar la metodología comboniana (formación de líderes, no protagonismos sino promoción, etc.);
- Trabajando como comunidad apostólica (RV 68).
- Buscando proyectos alternativos solidarios y autogestionables.
Asumimos la opción por los pobres y abandonados como esencia de nuestro carisma (no evangelizados, minorías étnicas marginadas, desplazados, desempleados, secuestrados, etc.).